Andreu Buenafuente denuncia los ruidos insoportables de las resonancias magnéticas en 2025, una queja compartida por muchos pacientes
En pleno 2025, cuando la tecnología avanza a pasos agigantados en prácticamente todos los ámbitos, resulta sorprendente que algunas experiencias médicas sigan siendo tan desagradables como hace décadas. Este es el caso de las resonancias magnéticas. Este procedimiento diagnóstico es fundamental, pero continúa generando quejas entre los pacientes, principalmente por su característico y ensordecedor ruido.
El conocido humorista Andreu Buenafuente ha expresado recientemente su frustración tras someterse a esta prueba durante su chequeo anual de salud. En el programa «Nadie Sabe Nada«, Buenafuente compartió con su compañero Berto Romero una experiencia que muchos pacientes comprenden perfectamente.
«Es que es un ruido de la era fax, de la era rúter… yo alucino», confesó Buenafuente, quien tuvo que soportar estos sonidos durante aproximadamente 20 minutos. «Ya sabes que yo me duermo en todos los lados, que me pones en horizontal y me duermo, así que imagínate cómo sería el ruido que no pude», añadió el presentador, evidenciando la intensidad del problema.
La queja del humorista no es un caso aislado. Mónica Pobla, una oyente de Villanueva del Pardillo, expresó una inquietud similar en el mismo programa. Ella cuestiona por qué estas máquinas continúan emitiendo ruidos tan molestos, en una época tecnológicamente avanzada como la actual.
La claustrofobia y el ruido: los dos grandes enemigos de los pacientes durante las pruebas de resonancia magnética
El problema de las resonancias magnéticas va más allá del ruido. Para muchas personas, especialmente aquellas que sufren de claustrofobia, permanecer inmóviles dentro de un tubo estrecho durante el tiempo que dura la prueba supone una experiencia angustiosa. A pesar de que los centros médicos intentan hacer más llevadero el proceso proporcionando auriculares con música u otras distracciones, el estruendo de la máquina sigue sobreponiéndose a cualquier otro sonido.
Lo más sorprendente de esta situación es la reacción del personal médico cuando Buenafuente les preguntó si no podían eliminar ese ruido tan molesto. Lejos de tomar en serio su sugerencia, los profesionales interpretaron su comentario como una broma. Esto demuestra hasta qué punto se ha normalizado esta experiencia incómoda en el ámbito sanitario.
Buenafuente tuvo que enfrentarse no a una, sino a dos resonancias magnéticas en un corto período de tiempo, lo que duplicó su exposición a esta desagradable experiencia. El presentador aboga ahora por un futuro en el que, al igual que desaparecieron los ruidos del fax y del rúter, las máquinas de resonancia magnética evolucionen hacia modelos más silenciosos y cómodos para los pacientes.
Esta situación plantea una reflexión importante sobre cómo, a pesar de los enormes avances en tecnología médica. Algunos aspectos de la experiencia del paciente siguen anclados en el pasado. Generan incomodidad innecesaria en procedimientos que ya son de por sí estresantes.
Para más información sobre este tema y otros contenidos humorísticos de calidad, puedes visitar el programa Nadie Sabe Nada en la Cadena SER.
