Además del peligro que corre Gaspar, por fin, llegará a la casa pequeña Raimunda, la nueva criada y madre de Atanasio. Por orden de Victoria y con la ayuda de Isabel, será la nueva asistente de Luisa en las tareas del hogar. Seguro que nos traerán nuevas tramas muy interesantes en el valle.

Para empezar, Raimunda deberá esconderse de José Luis, por si la reconoce, aunque han pasado muchos años desde que se encamara con su padre. Esperemos que sea una pieza clave en el plan de don Atanasio para acercarse al Duque y finalmente contarle que es su hermano.
Don Atanasio está muy preocupado por el futuro de Gaspar, tanto que pone sobre aviso a Matilde sobre la posible temprana muerte de su marido. En una conversación entre Luisa y Matilde, descubriremos que la muerte de Gaspar no le desagradaría tanto a Matilde. Así tendría vía libre para vivir su amor con el galeno. Pensábamos que Matilde era la encarnación de la bondad. Sin embargo, alegrarse por la muerte de alguien es un poco cruel.

El Duque, don José Luis, también estará preocupado por el estado de Gaspar, que no olvidemos es su hijo. Tanto es así que le propondrá a Victoria trasladarlo a la casa grande para que esté más cómodo y se recupere más fácilmente. En ese momento, entre delirios, Gaspar le agradecerá, dirigiéndose a él como su padre. Ahí será cuando José Luis se dé cuenta de que Victoria no ha guardado su secreto y en algún momento lo compartió con Gaspar.
Por otra parte, Alejo, después de los desplantes de su familia, especialmente de su padre, estará interesado en comprar unos terrenos con lo que gane del libro. Supuestamente, el secretario del marqués de Guzmán le ayudará a publicar el libro. Lo compartirá con Luisa, pero ella le dirá que no pretende ser la señora de ninguna casa. Ademáis, le dirá que no hace falta que se gaste el dinero en ella. Luisa es más buena que el pan.
La recién llegada María, prometida de Leonardo, sigue empeñada en averiguar quién era la muchacha que estaba en la capilla con Leonardo el día de la fiesta. Para ello, hablará con Irene. Pero la amiga de Bárbara no soltará prenda y le dará la misma explicación que en su día le dio Leonardo: que no saben quién es. María no cejará en su empeño y hará todo lo posible para descubrirlo. De momento, le pedirá la lista de invitados a Victoria. Parece ser que vamos a tener una nueva detective en «Valle Salvaje».
Por su parte, Rafael descubrirá que la idea de que pueda quedarse en el valle no salió de Julio, sino que fue una orden de su padre, el Duque. Atando cabos, la pareja descubrirá que don José Luis sabe que Rafael es el propietario de todas las propiedades de Adriana. Por lo tanto, lo quiere tener cerca para controlarlo.
También veremos a Adriana preocuparse por Gaspar, el hijo de Victoria, pero esta no le creerá y la llamará cínica. Bernardo y Mercedes seguirán igual: él encantado de que Bárbara y Leonardo se separen porque cree que va a recuperar su ducado. Ella estará arrepentida de todo lo que ha pasado. No sé si todo esto pasará factura a la pareja. Pero entre esto y la boda del Duque con Victoria, Mercedes lo va a pasar muy mal. Podría plantearse marcharse del valle.
Finalmente, un buen galeno atenderá a Rafael, pero avisará tanto a Victoria como a José Luis que el estado de Gaspar es muy preocupante.
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